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viernes, 22 de mayo de 2009

Mi cuento

Hoy , tomé una decisión! Los últimos veintidós días fueron lo bastante para decir adiós. Cada día que viví con ella en ese periodo fue maravilloso, pero ahora basta. El olor que me entra por la nariz déjame tonto y también las habitaciones están infestadas con su olor. ¿Cómo puede ser, alguien oler tan bien cuando vivo y en tan poco tiempo ya estar así. Confeso que intenté mejorar el olor colocando en todo su cuerpo desinfectantes, alcohol y hasta mismo “formol”, mientras su piel continuaba hinchar.
La semana pasada cuando yo fue a la panadería, ya había pensado sobre su hinchazo, pues el padero estaba explicando a una señora como se hace panes, decía que era necesario dejar el concentrado parado pues así él iba crecer. Entonces pensé: “Es así también con los Hombres.” Mientras había solamente cuatro días que ella estaba allí parada, sentada en aquella silla y la sopa ya estaba fría. Fue así que ella partió, tomando sopa.
Ayer, estuve desconfiado que nuestros vecinos ya estuviesen sentindo el olor, ya habían veintiuno días que la casa no era abierta, ni siquiera una ventana. Y eso era todo que ella no quería, no que tiñésemos algún problema con los vecinos, solamente no teníamos contacto. Desde pequeño ella siempre me decía para no envolverme con los vecinos, con los colegas de la escuela, decía que por toda la vida seríamos solamente yo y ella. Y yo acredité, y viví todos los mis treinta y dos años al su lado hasta que un soplo pasó en su cuerpo.
Ya case no la reconozco.

lunes, 18 de mayo de 2009

Gabriel Garcia Marquez

“Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía ese tiempo lo más que pudiera.
Posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.
Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen.
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo,
me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma
A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.
A un niño le daría alas, pero le dejaría que él sólo aprendiese a volar.
A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido
Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres…., He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrá de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.
Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas.
Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma.
Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo, te diría “Te Quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.
El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo.
Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles, “losiento”, “perdoname”, “por favor”, “gracias” y todas las palabras de amor que conoces.
Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos.
Demuestra a tus amigos y seres queridos cuanto te importan.”